Si bien hasta ahora sólo he recibido comentarios positivos acerca de este proyecto, siempre hay un tema en el aire que, tal vez por mantener una etiqueta moral o por no ser blanco de “represalias sociales”, pocos se animan a decir abiertamente. Como es normal, no espero caerles bien a todos, ni como persona ni en lo que hago, e incluso me gusta platicar con aquellos que no están viciados por ese seguro inconsciente de “está en silla de ruedas” y me hablan, tal vez, de una manera más sincera. Pero en el silencio de algunos, en esa mirada que prefiere seguir en sus propios asuntos para no decir algo que pueda causar conflictos, puedo escuchar la frase “Usas la discapacidad. Te aprovechas de ella”.
Aunque yo mismo me he encontrado en momentos donde trato de cuidar mis palabras para no dar esa impresión, es un tema que de una u otra manera siempre está presente, por ello hoy quiero abordarlo de una forma clara y directa: sí, uso a la discapacidad y me aprovecho de ella tanto como me es posible. ¿Pensaste que me iba a defender? ¡Vamos, pero si este proyecto es un monumento en sí mismo a esto! Pero, antes de que saquen conclusiones, permítanme explicar mi respuesta, y ya después está en ustedes decidir si, en su opinión, estoy bien, mal o si merezco ser crucificado cual ofrenda por los pecados de toda la humanidad.
En la vida hay pocas cosas que genuinamente son de nosotros: talentos, capacidades, habilidades, condiciones, entre otras cosas. Hay personas a las que se les da muy bien jugar fútbol y viven de eso, o pintores que destacan por sus obras, y no hay problema en ello, ¿cierto? Dudo que alguien quiera que Messi deje de usar su talento con un balón para ser famoso y ganar millones de dólares. ¿O criticarías la labor altruista y social de Emma Watson sólo porque “usó” su fama y belleza para tener una voz en los congresos?
Yo, sin ser tan guapo como Lionel ni jugar al fútbol como Emma, decidí usar la discapacidad que me tocó para ayudar a otros. ¿Quién mejor para hablar acerca de la discapacidad que alguien que vive con ella a diario, que la ha visto despeinada y sin maquillaje? Ahora bien, no tengo ningún problema en usar la discapacidad para que los demás volteen a ver lo que hago, pero yo mismo me odiaría si eso fuera lo único que ofreciera, que esperara que me leyeran por el hecho de no poder caminar y no porque de verdad tuviera algo que ofrecer. Bien podría escribir un libro de 30 páginas sobre cualquier cosa y esperar que lo compren por la simple razón de haberlo “escribido” con mi pie, pero en cambio me dejé la vida escribiendo algo con valor, un libro que por sí solo valga la pena.
En mi vida fuera de esto también suelo usar la discapacidad, sobre todo al dar consejos, porque quiero que las personas vean y valoren lo que tienen, que aprovechen el tener tantas posibilidades a su alcance, que no desperdicien sus vidas que no están llenas de limitaciones. Creo que siempre podemos usar cualquier situación o condición para ayudar a otros, aunque parezca que sólo es algo malo. Ya lo he dicho y lo diré una y otra vez: Si la discapacidad usa mi cuerpo, yo la usaré a ella en el camino hacia mis sueños.