Una de las cosas más sorprendentes, y tal vez tristes, es que muchos de los problemas y limitaciones que trae consigo la discapacidad se podrían solucionar, o por lo menos aligerar, de una manera relativamente sencilla. Siguiendo la línea de los videojuegos, una de las formas más inmediata que se me ocurre para facilitar el jugar a personas con discapacidad es la creación de una herramienta multiplataforma que detecte eventos en los juegos y permita programar acciones en base a ellos.

Me explico un poco mejor, así como las consolas ahora tienen funciones para grabar lo que sucede en la pantalla, imagina que también tuvieran una herramienta que, por ejemplo, en un juego de carreras, al ser el banderazo de salida acelere automáticamente con una velocidad base definida por el usuario, pudiendo aumentarla o disminuirla con el joystick derecho. Incluso se me ocurre que en las curvas, en función del ángulo o tiempo de giro, la velocidad cambie según los parámetros que el jugador haya puesto, los cuales deberá ir descubriendo y ajustando.

Si bien me queda más que claro que desarrollar esta herramienta no es fácil ni barato, pienso que es como construir un elevador en un cine: Requiere tiempo, dinero y esfuerzo, pero, una vez terminado, estará ahí por mucho tiempo y ayudará a muchas personas. Aunque seguramente mi opinión no sea del todo imparcial, creo que la inversión valdría la pena e incluso podría contribuir a otros aspectos sociales, como la convivencia e interacción.

Pero de nuevo, este tema es ­aplicable a muchas cosas. Si conoces o tienes un amigo con una discapacidad, seguramente alguna vez has pensado que hay cosas muy difíciles en las que no le puedes ayudar, pero la realidad es que probablemente haya una solución sencilla que inclusive él ya conozca. Sólo es cuestión de preguntar y hablarlo.