¿Qué se necesita para pasar un buen rato? ¿Hacer algo divertido, ser protagonista de una actividad, o, simplemente… disfrutar? Si eres atento y has leído más posts en esta web, tal vez ya hayas notado uno de los secretos que uso para convivir pacíficamente con la discapacidad: Disfrutar cualquier cosa, por más pequeña o simple que parezca. Y es que, siendo los videojuegos una de mis más grandes pasiones, al no poder jugar a la gran mayoría de títulos no sería raro vivir lamentándome por mi condición.

Pero, afortunadamente, en lugar de esto, desde muy pequeño he sabido disfrutar de ver a alguien más jugando, hasta el punto de que hoy en día gran parte del contenido que consumo en YouTube son gameplays, siendo éstos parte importante de mi entretenimiento diario. Si bien me queda bastante claro que ni por asomo soy el único que los veo, creo que soy de los pocos que en ellos encuentra no sólo unos momentos de diversión, sino una manera de llenar un hobby que de otra forma estaría destinado a vivir en un rincón oscuro.

Mentiría al decir que no me importa el no poder jugar a la mayoría de títulos que me han interesado, pero en realidad no es tan malo, ¿sabes? Me gusta pensar que esto me lleva a apreciar todo lo demás, a disfrutar de aquello que sí puedo hacer, a vivir para ser feliz ya que ninguna otra opción vale la pena.

Tal vez ya haya repetido esta idea varias veces, pero es una de las cosas más importantes que quiero hacerles saber a las personas. ¿Cuántas cosas has dejado de hacer por ti o por alguien más sólo porque creías que era muy poco? No sé si sea cosa de la discapacidad o no, pero disfruto de cualquier pequeño detalle que alguien tenga conmigo, un saludo por Face, llevarme a verle hacer algo, una ida al cine, una plática. Espero que no.